Claves para el buen mantenimiento de los suelos de linóleo

Claves para el buen mantenimiento de los suelos de linóleo

Teniendo en cuenta que los suelos de linóleo están hechos a base de corcho, resina y aceite de linaza, es lógico que haya que echar mano de productos de limpieza específicos para su mantenimiento. Como una de las empresas de limpieza en Sabadell vemos cuáles y qué métodos emplear para mantenerlos en perfecto estado. 

El linóleo está recubierto con una película de protección. Al ser su superficie estanca y lisa, es muy fácil de limpiar. Es resistente a los ácidos, aceites, grasas y disolventes. No podemos fregar estos suelos con detergentes muy alcalinos (sosa o jabón blando) o con decapantes muy alcalinos. Tampoco con agua muy caliente. Si la superficie del linóleo es rugosa, hay que deslustrar, con un disco de limpieza, la primera capa de dispersión acrílica antes de que se seque. 

Una vez hayamos tratado el suelo con dispersiones acrílicas, no podemos fregar ni rascar con estropajos de fibra verde u otros abrasivos. Esto acabaría con la capa de dispersión y el suelo quedaría de este modo desprotegido. Por eso, hay que utilizar para fregar siempre mochos o bayetas no abrasivos.

Evitar el exceso de humedad

Es clave proteger a los suelos de linóleo de la suciedad y el exceso de humedad. Lo primero es realizar una limpieza con la aspiradora. Las superficies de linóleo atraen partículas de polvo, suciedad y alimentos fácilmente. Si en el piso hay manchas podemos esparcir un poco de bicarbonato encima. Para eliminar los residuos de bicarbonato, usaremos una esponja humedecida en agua caliente. A la hora de pasar la fregona, es clave escurrirla bien para no humedecer el suelo de linóleo en exceso. 

En las habitaciones que se usen con más intensidad, la cocina y el salón por ejemplo, hay que limpiar el suelo casi a diario para alargar su vida útil. Al acabar, en Brill 2000 creemos recomendable aplicar una delgada capa de cera especial para suelos de linóleo.

Insistimos en que hay que evitar por todos los medios usar disolventes, lejías, alcoholes y productos alcalinos que no estén especialmente indicados para suelos linóleos. Ante la duda, habrá que atender a los consejos del fabricante y, siempre que sea posible, dejar estas tareas de mantenimiento en manos de empresas especializadas como es nuestro caso.